miércoles, 4 de febrero de 2009

LA FELICITACIÓN

Hay un sujeto en el foro de A Galopar que ha felicitado a un caballo... Como lo oyen. Un sujeto que escribe en bonito carmesí, se ha echado la manta a la cabeza, ha cerrado los puños, ha pensado "ahí me las den todas", ha arrinconado complejos y sentido común... y ha felicitado a un caballo por ganar una carrera.

Y el individuo adorna la felicitación con el siguiente corolario: "y tiene un gran nombre".

Este mismo sujeto, es probable, que jugando de portero en el equipo de fútbol sala de su compañía, y habiendo encajado tres goles del equipo rival, que además resulta competencia, haya declarado: "felicito a la pelota por haber entrado tres veces en mi portería, a la que igualmente felicito por haberse mantenido estática durante el partido. Y qué decir de las redes que se amoldan a los impactos del esférico sin rechistar".

Además, intuyo que este sujeto, al que podíamos denominar con el nombre clave de "Fernández", es capaz de llegar a la oficina de mañana, dirigirse a la cafetería próxima al centro de trabajo, y dirigirle una mirada inmisericorde al camarero, a la vez que le espeta: "sucio intoxicador, vendedor de bebidas alcohólicas, ponme un colacado calientito, y a la vez, me vas felicitando a esas tacitas de té que cumplen su cometido con devoción, y que por si no lo sabes, tienen un gran nombre... tacita de té".

El sujeto que felicita animales, cosas, objetos inanimados o animados sin raciocinio, aquel personaje que es capaz de felicitar a sillas, salamandras, salamanquesas, cuarzos, piritas e incluso a feldespatos, no resulta normal. No señor.

No considero acertada la felicitación a un caballo; no considero acertada su actuación en el equipo de fútbol sala de su empresa cuando se pierde un partido por 3-0 y se felicita hasta a la luminaria; no considero normal el tener una afinidad por persona, aninmal o cosa por disponer de un gran nombre; no entiendo esa afición por los caballitos de capa tordita... Es que no le veo normal.

Y te recuerdo, Fernández: tres a cerdo... Y Fernández de portero

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