martes, 16 de junio de 2009

EL JUSTICIERO

Cuentan que hay un Justiciero en la ciudad. El Justiciero Bermellón, el Justiciero que vive para impartir justicia (la suya), para aplicar las leyes (las suyas, claro está), para aplicar sanciones (las que se le pasen por los cojones).

El Justiciero dispone de libertad absoluta para insultar, para provocar, para tergiversar, para intentar manipular. El Justiciero está contento, porque en el Condado de York, su condado, le han salido defensores, y esto le pone. No solo le pone, sino que le activa, le proporciona el ánimo que muchas veces le ha faltado cuando alguno le ha afeado su cochina costumbre de hacerse el víctima.

El justiciero hoy, campa a sus anchas y no descarta ampliar su campo de actuación, ahora mismo limitada al ataque a los de siempre. Piensa el Justiciero que una vez limpiada la bazofia que según él le acosa, podrá pasar al estadío inmeditamente superior: cargarse a otros pobres que en "su foro" o no aplauden su perversa actividad o, igual le da, facilitan información o sabiduría al resto de aficionados.

El Justiciero no ha vuelto; el Justiciero pervive, retroalimentado con aquellos que aún le ríen las gracias y le proporcionan palmadas en la espalda. es un alie que fagocita a los que no concuerdan con sus tesis; es un egocéntrico, maníatico, enfermo; es un montón de mierda metida en un estercolero común, un cadáver en fosa enterrada, un fascista sideral acojonante.

El Justiciero ha llegado a la ciudad: se ruega a las personas cabales, a la gente de Ley que ande con cuidado: Son sus principales víctimas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Más que justiciero, me viene a la memoria una película de Stallone, "Juez Dredd" o mejor Juez Red?