domingo, 18 de enero de 2009

EL RETORDO DEL JEDI

EL RETORDO DEL JEDI

En una Galaxia, muy, muy lejana, gobernada con mano de hierro por el General Dark Cipoya y controlada por su fiel ejército de aguerridos soldados alazanes, gestionado con ejemplar disciplina por el Coronel Juani, y con la inestimable colaboración de los sargentos chusqueros Elge, Chasque y Jesús de M., se engendró un núcleo de resistencia integrado por valientes disidentes de la política antitordínica implantada a la fuerza por Dark Cipoya.

Este valiente grupo disidente estaba liderado por la Princesa Mafi y por el valiente y audaz Carbi Skywalker. De obligada clandestinidad, sin apenas medios de lucha, los rebeldes debían esconderse en uno de los más pequeños satélites de la Galaxia, Tordiquistán (capital Tordátel). Desde allí, los rebeldes discutían sobre la estrategia a emplear y los medios de los que se podía disponer para enfrentarse al tiránico poder establecido por Dark Cipoya. Como única nave espacial, se disponía de la Estrella Torda, nave blanquecina gobernada por Paquito J, que a la sazón, resultaba el único piloto en quien confiaba Carbi Skywalker.

Reunidos sobre la mesa de operaciones, la princesa Mafi, junto con el valiente Carbi Skywalker y su lugarteniente Torti Juan Quenoby trazaron un plan INFALIBLE (I-N-H-U-M-A-N-O): buscar a la única Maestra Jedi que aún quedaba con vida tras la persecución ejercida por Dark Cipoya en los tiempos de la revuelta tordínica: GINFISH.

El grupo de rebeldes montaron en la Estrella Torda y se dirigieron a Cuezolandia, la estrella donde se había refugiado Ginfish, escondiéndose de la acción persecutoria del ejército del Coronel Juani. El aterrizaje llegó tardío (no olvidemos quien pilotaba la nave), y al alunizar, descendieron con cuidado Torti Juan Quenoby, la Princesa Mafi (tocada de un estético snorcle) y Carbi Skywalker. Llegaron a una cueva donde se escuchaban cánticos de una voz anciana (“a bebers a abebes y a soplarr, ronsrons rons las botella rons").

Con sigilo, penetraron en la cueva y preguntaron: “Ginfish: por ventura sois vos quien canta con cazallero tono?”. Del fondo de la lúgubre cueva se escuchó: “sis sos yos quienes le hablas en las cuevas desde fondos”… Efectivamente, Ginfish, aunque en lamentable estado de embriaguez, se encontraba en el fondo de la covacha, rodeada de mejunjes diversos y botellas consumidas en número difícil de calcular.

- Buenas amanecidas, Gin. Venimos desde otros satélites y queremos luchar contra el tirano, le comentó Carbi, mientras Torti Juan Quenoby intentaba quitarse una escafandra rosa palo que le había colocado la Princesa Mafi, “porque quedaba mona”.

- “Esfestivamentes, soys Ginfishes y estoys chispadas... pa variarse, y os ayudares. Pero ante celesbremos vuestras llegada cons cuatros trago de orujos”.

- Será vosotros, que yo no bebo, dijo Carbi Skywalker.

Una vez celebrado el encuentro y degustadas las primeras diez botellas de orujo (blanco, naturalmente) de Cazalla de la Sierra, los aguerridos protagonistas de nuestra historia se pusieron manos a la obra: la Maestra Jedi, Ginfish, propuso un plan basado en la Fuerza… Nadie la entendía, por vocabulario y porque la chispa que portaba era digna de un buen descanso. Torti Juan Quenoby, la más despierta del grupo se ofreció de intérprete, a cambio de que la Princesa Mafi le quitara la braga tanga rosada con la que había tocado sus partes nobles.

- Bien, dijo TorTi; la Borracha dice que el Plan ha de pasar por la Fuerza… que la Fuerza os acompañe
- ¿Y qué es la fuerza?, preguntó Carbi Skywalker
- La fuerza, dice Ginfish, es masa por aceleración, y puede medirse en julios o ergios, por ejemplo. Pero lo que interesa en este caso, dice la Borracha, no es eso precisamente, sino la Fuerza de la Mente, la que se consigue al trasegar botellas y botellas de bebida espirituosa… como ella dice que hace.
- ¿Y cómo nos haremos merecedores a la Fuerza, si yo no pruebo el jarro?
- Yo lo haré, dijo la Princesa Mafi. Y dicho y hecho, se mete pal goleto treinta y una jarra de orujo de León.
- Que dice la Borracha, que era broma lo del jarro.
- Hijaputa hip, dijo Mafalda… Y lo dice hip… ahora.
- Está bien, dijo Torti; dice ahora la Borracha que la Fuerza la da el colacado.
- Esto es otra cosa, dijo Skywalker. Ahora nos vamos entendiendo… Y cogió su bote de treinta y un kilos y lo mezcló con calentita leche, haciendo inolvidable batido. ¿Y ahora?
- Ahora, vestido en tordos ropajes, habrás de llegar hasta el cogollo del Feudo de Dark Cipoya, abordarle y decirle “al tordito, un eurito”. Y tras ello, verás caer el Imperio Alazánico a tus pies.
- Gracias Ginfish. Te dejaré a la Princesa Mafi y marcharé inmediatamente a Tordiquistán, en nuestra nave, gobernada por genial mano por Paquito J. Me haré acompañar de TorTi Juan Quenoby. Pronto volveremos; una vez haya cumplido mi misión, reducido a Cipoya y rebajado el peaje interespacial, de 30 lauros que es impresentable.

Y el valiente Carbi, montó en cólera y montó en la nave y montó el pollo con Paquito, que se había puesto un traje espacial de marca Ralph Laurent…

… CONTINUARÁ EN EL IMPERIO TORDO CONTRAATACA

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